En Llanos y Alcedo se decía que había una enorme cueva que partía del Castillo y bajaba al río Bernesga, para continuar luego hasta las peñas de este último lugar, por donde pasaban los moros guardados de la vigilancia cristiana y llevaban a sus cabalgaduras al beber al río.
Texto basado en el libro “La Comarca de la Robla, Valles del Alba y Fenar” de Juan José Sánchez Badiola.
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