Romances Tradicionales

La Hermana Cautiva

Versión de Llanos de Alba de Dionisia Rodríguez García de unos 60 años
Recogida por Josefina Sela, verano 1916.(AMP: Colección María Goyri-Ramón
Menéndez Pidal. Música no registrada.)


Entre moros y cristianos andan a porfías,
la hija de la reina la llevan cautiva,
y a la reina mora se la dan que sirva.
¡Qué cara tan galana, yo qué la quería,
si entre las mis hijas reina parecía!
Llévela usted, madre,
a lavar paños a la fuente fría,
que las sus colores ya se le irían;
déle usté a comer berros y ceniza.
Mentras más lavaba y mentras más comía,
más color tenía.
Camina don Hueso el lunes po'l día,
a buscar amores a la morería.
Quítate de ahí, mora, hija de judía,
deja mi caballo beber agua fría.
Yo no soy mora ni hija de judía,
que yo soy cristiana, ven conmigo, niña,
¿has de ir en anclas, o has de ir en silla?
Ni he de ir en anclas ni he de ir en silla,
que he de ir andando por el agua arriba.
Mentras más andaba, mentras más corría,
mentras más andaba, tierras conocía.
¡Oh campos, oh campos, de la verde oliva.
donde mi madre la seda torcía,
mi hermano don Hueso los potros corría!
Tú, según me hablas, tú, según me explicas,
tú eres mi hermana, o tú eres mi prima.
Ni soy tu hermana, ni soy tu prima,
hasta no ver mi madre yo nada sería.
Abra las puertas, madre ábralas usted, madre mía,
que fui a buscar nuera y le traigo la hija.
Para ser mi hija, está descolorida.
¡Qué quiere usted, madre, qué quieres, madre mía,
si hace siete años que pan no comía,
no siendo unos berros de una fuente fría
y esos eran pocos que no los había!
Súbala usted, madre, al cuarto de arriba,
que de sus vestidos alguno tendría.
¡Saya, la mi saya, de oro enguarnecida,
que te dejé nueva y te hallo rompida!
Calla, hija, [calla,] calla, hija mía,
quien te hizo esa, otra te haría.
La Mujer de Arnaldos
Versión de Llanos de Alba de Irene Sierra Rodríguez de unos 45 años
Recogida por Josefina Sela, verano 1916.(AMP: Colección María Goyri-Ramón
Menéndez Pidal. Música no registrada.)

Mujer de Bernardo, mujer muy querida
sola se está en casa, sola se estaría.
Un día la suegra a velarla iba.
Mátame, Bernardo, mátame a María.
No lo creo, madre, aunque verdad me diga,
que suegras y nueras nunca hicieron vida.
Súbete, María. a l'alto 'el castillo,
siéntate en la silla a dar el pecho al niño,
mientras que yo aguzo mi nuevo cuchillo.
Tírame, Bernardo, de punta el cuchillo,
mira no me rompas mi nuevo justillo,
tiene pa la madre que te críe el niño,
para la dama que case contigo.
Súbete, María. a l'alto 'el castillo,
siéntate en la silla, a dar el pecho al niño,
que con tus palabras me llevas vencido.
Mama, hijo, mama, no me dejes gota,
que yo soy tu madre y no te daré gota.

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